Otra de esas recetas que andaba arrinconada desde el año del confinamiento. Muy típica de la gastronomía mallorquina.
Un plato que me encanta y nada complicado.
Puedes hacerlo de un día para otro. Siempre los "guisotes" están más ricos al día siguiente.
¿Vamos con ella?
1 Conejo (si es posible, de caza), troceado.
6-8 Cebollas
Aceite de oliva
6-8 Ajos
1 Tomate
Laurel
1 copa de Vino blanco
1/2 copa de Brandy
2 Cayenas
Pimienta y sal
Pelamos y cortamos en juliana la cebolla.
En una cazuela con 3-4 cucharadas de aceite y el fuego muy bajo, rehogamos la cebolla y los ajos, enteros.
Así la cebolla, irá soltando su jugo.
Añadimos unas hojas de laurel y el tomate.
Mientras, en otra cazuela (vale, si "greixonera", para los mallorquines radicales), sofreímos con un poco de aceite el conejo.
Cuando tenga buen color, le añadimos el brandy y el vino blanco y le damos su punto de sal y pimienta.
* Yo le añadí unas cayenas.
Cuando la salsa del conejo se haya reducido, se vierte en la "greixonera" la
cebolla y los ajos que ya estarán fritos y con buen color, y se deja que hierva un
poco todo junto, muy lentamente, hasta que el conejo acabe de cocer.
Ha de quedar muy confitado.
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