Esencial, los níscalos, o Lactarius delicius.
Y claro está, unas chuletas de ibérico.
Con un paño de cocina, se limpian los níscalos. Se sacuden y se frotan con cuidado para quitarles la tierra o las hierbas que pueden llevar. Nada de lavarlos. ¡Sacrilegio!
Se trocean, para comprobar que no tengan habitantes y las colocamos en una fuente de horno.
Un poquito de aceite, sal y ajo picado.
El horno a 200 grados. En unos 15 minutos, hechas.
Recomiendo poner alguna más de las que serviremos, para ir probando, si estan hechas. ;)
Ponemos la sarten o la plancha a calentar.
Chuleta de ibérico (ojo, he dicho ibérico). Vuelta hacia aquí, vuelta hacia allá...
A emplatar.
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