Cierto es que me ha costado un esfuerzo, volver a las tareas habituales.
No sé si el problema viene dado por lo que llaman síndrome postvacacional, o por lo que comúnmente llamamos, vagancia.
Pensaba haber retornado el día 1, pero... como veis, ha sido que no.
De todas formas, ya estamos aquí.
Intentaré subir estos días todos aquellos platos que durante el verano he ido preparando y pueden aprovecharse aun en lo que nos queda de calor. Ensaladas refrescantes, carnes rellenas, hojaldres, postres y como no, el "
Cooking for torpes".
Las publicaciones serán martes, jueves y sábado.
Ya me gustaría dedicar más tiempo al blog, pero, algún otro proyecto que ya os iré contando creo que me ocupará tiempo. Y a todo... no se llega.
¿Vamos al tema?
Pues sí, sonaba este tema de Tokio Hotel, que fue el que le dio nombre a este postre.
CORRIENDO A TRAVÉS DE LA LLUVIA TORRENCIAL,
MÁS ALLÁ DEL MUNDO,
HASTA EL FIN DE LOS TIEMPOS,
DONDE LA LLUVIA NO DUELE
LUCHANDO CONTRA LA TORMENTA,
POR DENTRO DEL AZUL,
Y CUANDO ME SUELTE A MI MISMO, YO PENSARÉ EN TI,
Y JUNTOS ESTAREMOS CORRIENDO HACIA ALGÚN NUEVO LUGAR
Ingredientes:
Manzana
Melón amarillo
Melón naranja
Azúcar moreno
Azúcar blanco
Zumo de limón
Leche de coco
Curry
En un bol, troceamos melón y manzana, y la dejamos macerar con leche de coco y azúcar moreno. Reservamos en el frigorífico.
La piel de melón, la cortamos en juliana, y la hervimos con agua y un poquito de zumo de limón, 10 minutos.
Escurrimos. en la misma cazuela, ponemos 5 cucharadas de azúcar blanco y dejamos caramelizar, junto con la juliana de melón.
Cuando veamos que el azúcar empieza a quemarse, sacamos la juliana extendiendola en un papel de aluminio.
Inmediatamente espolvoreamos con curry.
Melon, de piel amarilla. Interior, naranja. Troceado.
Manzana, de piel verde. Corazon Harinoso..
Juntos, en pequeños bocados.
Se bañan con una lluvia de leche de coco y azucar moreno.
Macerando, intercambiando aromas, sabores.
Mientras, la piel del melon en juliana, se cuece en un agua con sabor a limón. 600 segundos... no más.
Se secan... se estiran... Empiezan a enfriar, y de pronto... azucar, calor... se caramelizan hasta casi tostarse...
Saltan de la cazuela, y caen en un gran desierto de curry, que los acaricia, los acuna...