Bollos de Chelsea

Para un gran día, una gran receta.
Cierto es que hasta que he conseguido "la imagen", me costó varios intentos.
No es que el sabor, o la textura no fuera buena, no. Sino que no conseguía que la masa se mantuviera en su sitio y siempre me salía "un pan". 
Riquísimo, pero pan.
Al final, pedazo de truco y ¡tachaaaaaannnnn!. ¡Niquelao!
¿Vamos a por ella?

Ingredientes para los bollos:

250 gr de harina de fuerza

1 cucharadita de levadura de panadería (5 gr)

5 gr de sal

20 gr de mantequilla cortada a dados

150 ml de leche tibia

1 huevo

15 gr de azúcar

Para el relleno:

30 gr de mantequilla

50 gr de azúcar mascabado (moreno)

80 gr de pasas de Corinto (arándanos)

1 manzana verde, pelada y rallada

Toque final:

Almíbar

50 gr de azúcar

25 ml de agua

Espolvorear

50 gr de azúcar

5 gr de canela

En un bol grande, mezclamos la harina con el azúcar, la levadura y la sal.

Añadimos la mantequilla sin dejar de amasar. 
Ahora la leche y el huevo batido.

Mezclamos bien.  Si queda muy seca, añadir algo de leche.

Trabajamos la masa sobre una superficie ligeramente enharinada, unos 10 minutos.

La colocamos en un bol y la dejamos levar, hasta doblar su volumen. La cubriremos con un paño en un sitio cálido.
Vamos, con el relleno.

En una cazuela, mezclamos la mantequilla y el azúcar. A fuego lento.

Añadimos las pasas y la manzana rallada.
(Podemos utilizar arándanos y pasas)

Extendemos la masa, sobre un papel de hornear o sobre un molde recubierto de harina.

Repartir el relleno, enrollar la masa y cerrarla dando pequeños pellizcos a la masa.

Cortamos el rollo en 9 trozos.

Cubrimos de nuevo y dejamos levar otra vez, al menos 1 hora.

Horno a 180º. Hornear de 15 a 20 minutos o hasta que esté dorados.

¿Veis el problema?
Después del segundo levado, queda como un pan.
Ainssss... De los nervios.
Pero sigamos, sigamos. Vamos con el toque final.

El almíbar.

Una vez terminado el tiempo de horneado, calentamos en una cazuela el azúcar y el agua.

Una vez bien diluido el azúcar, pintamos con este almíbar los bollos y espolvoreamos con el azúcar y canela, mezclado.

Lo dicho, ¡un pan!. 
Con un corta pastas, puedes intentar, hacerlos redonditos...
Y no pasa nada, te lo aseguro, se los comen... en un suspiro. Están riquísimos.

Claro está, que el afán de conseguir una mejor imagen, seguía ahí.
Hasta que el otro día, quise hacerlos de nuevo y ¡zaaaaaas!.
Un poco de papel de hornear. Hacemos unos cilindros de papel... y los colocamos estratégicamente.

Mucho mejor así, ¿verdad?