Cierto, el 2013 no ha sido un año para repetir.
Pero sí para recordar.
Para aprender a mirar, a escuchar...
A valorar aquello que es realmente importante.
Te deseo lo mejor de lo mejor.
Que todos tus sueños, se cumplan.
Y sobre todo, que esa quimera que llamamos felicidad en algún momento te roce.
Gracias, por estar ahí
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