Esta señora, es la bomba. Igual te pone unas cortinas, que te hace un bizcocho que te coge el dobladillo de los pantalones.
Que sí, que sí.
La reina del DIY (Do it yourself). O sea... ¡hágaselo usted mismo!.
Pues eso... que nos lo vamos a hacer... ¡venga!
INGREDIENTES (Para un molde Bundt de 14 tazas) (*):
520 gr. de harina de repostería
20 gr de polvo de hornear (Royal)
5 gr de bicarbonato sódico
5 gr de sal
250 gr mantequilla sin sal
4 huevos grandes
250 gr azúcar moreno ( Light Brown Sugar)
250 ml buttermilk (*)
330 gr puré de calabaza (*)
(*) Molde de 14 tazas. Unos 3,5 litros.
(*) Buttermilk. Si no encuentras, puedes hacerlo en casa. Añade 15 ml de zumo de limón por cada 250 ml de leche. Remueve, deja reposar 10' y ya tienes tu buttermilk casero.
(*) Puré de calabaza. Yo lo hice al vapor. Unos 20'. Puedes cocerla, pero recuerda escurrirla muy bien.
Horno precalentado a 175º-180º.
Como no tenía clavo en polvo, en un mortero, junto con el macis hice una buena mezcla.
En un bol, tamizamos la harina, el polvo de hornear, bicarbonato sódico, sal, jengibre, canela, nuez moscada, clavo y reservamos.
¡Al lío!
Batimos la mantequilla y el azúcar, enérgicamente. La mezcla debe quedar esponjosa.
Añadimos los huevos uno a uno y mezclamos lentamente. Hasta que no esté integrado no añadimos el siguiente.
Le toca el turno a la harina. Añadimos la tercera parte y mezclamos hasta incorporar perfectamente.
Ahora, el buttermilk. La mitad.
Alternamos buttermilk y harina, hasta integrar ambos en la masa.
Por último, añadimos el puré de calabaza.
Engrasamos muy bien, el molde de tubo que vayamos a emplear. Echamos la mezcla en él. Asegúrate de que la masa ha entrado bien y no quedan bolsas de aire.
Hornearemos, unos 50-55 minutos, o hasta que pinchándolo con una brocheta, esta salga totalmente limpia.
Dejamos que se enfríe un poco y desmoldamos. Déjalo enfriar totalmente sobre una rejilla.
Puedes ponerle azúcar glas, a la hora de servir.
5 gr de jengibre en polvo
10 gr de canela
5 gr de nuez moscada o macis
3 gr de clavo en polvo
(*) Molde de 14 tazas. Unos 3,5 litros.
(*) Buttermilk. Si no encuentras, puedes hacerlo en casa. Añade 15 ml de zumo de limón por cada 250 ml de leche. Remueve, deja reposar 10' y ya tienes tu buttermilk casero.
(*) Puré de calabaza. Yo lo hice al vapor. Unos 20'. Puedes cocerla, pero recuerda escurrirla muy bien.
Horno precalentado a 175º-180º.
Como no tenía clavo en polvo, en un mortero, junto con el macis hice una buena mezcla.
En un bol, tamizamos la harina, el polvo de hornear, bicarbonato sódico, sal, jengibre, canela, nuez moscada, clavo y reservamos.
¡Al lío!
Batimos la mantequilla y el azúcar, enérgicamente. La mezcla debe quedar esponjosa.
Añadimos los huevos uno a uno y mezclamos lentamente. Hasta que no esté integrado no añadimos el siguiente.
Le toca el turno a la harina. Añadimos la tercera parte y mezclamos hasta incorporar perfectamente.
Ahora, el buttermilk. La mitad.
Alternamos buttermilk y harina, hasta integrar ambos en la masa.
Por último, añadimos el puré de calabaza.
Engrasamos muy bien, el molde de tubo que vayamos a emplear. Echamos la mezcla en él. Asegúrate de que la masa ha entrado bien y no quedan bolsas de aire.
Hornearemos, unos 50-55 minutos, o hasta que pinchándolo con una brocheta, esta salga totalmente limpia.
Dejamos que se enfríe un poco y desmoldamos. Déjalo enfriar totalmente sobre una rejilla.
Puedes ponerle azúcar glas, a la hora de servir.
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